El despilfarro de comida como venta a detalle
La venta al detalle se ha
convertido en uno de los principales problemas cuando se trata del derroche de
alimentos provocado por los sistemas corporativos alimenticios, ya que la mayor
parte del desperdicio durante la fabricación parece ser inevitable. Según la Organización de la Naciones Unidas para
la Alimentación y la Agricultura (FAO) en el
informe sobre Pérdidas y
desperdicios de alimentos en América Latina y el Caribe, señala que en
Perú se desperdician cerca de tres millones de calorías en alimentos durante la
venta al detalle en supermercados, ferias libres, almacenes y demás puestos de
venta retail y esta cantidad bastaría
para satisfacer las necesidades alimenticias de cerca de dos millones de
personas de escasos recursos.
La mayor parte de estos productos
son catalogados como objeto de desperdicio no comestibles o se derivan de
cuestiones técnicas que dan lugar a una sobreproducción o a más productos
defectuosos o deteriorados.
Los lugares donde se desperdicia
mucha comida son los mercados mayoristas y las centrales de compra, donde los
alimentos tienen que pasar una especie de examen de belleza respondiendo a los
criterios establecidos o a políticas de la empresa para poder ser exhibidos y
vendidos, principalmente, por los supermercados. En la gran distribución supermercados
o hipermercados, se requiere de un alto número de productos para tener los
estantes siempre llenos, aunque luego caduquen y se tengan que tirar produciéndose
despilfarro nuevamente. También se
producen errores en la confección de pedidos, hay problemas de envasado y
deterioro de los alimentos frescos que trae como consecuencia su apartamiento para su destrucción.
Aparte también se enfrentan a
retos logísticos, incluida la gestión de las existencias: la anticipación de la
demanda y el correcto almacenamiento, el cumplimiento de las expectativas de
calidad del producto y la coordinación entre sectores.
Raúl Benítez, Representante
Regional de la FAO para América Latina y el Caribe señala que “Aunque es
importante señalar que algunos países disponen
de calorías más que suficientes para alimentar a todos sus ciudadanos, la
enorme cantidad de alimentos que se pierden o que acaban en el tacho de la
basura es sencillamente inaceptable mientras el hambre continúe afectando a la
población regional”.
Pues no solo un país se tiene que
beneficiar o sentirse indiferente ante este tema sino que se tiene que ejecutar
la ayuda necesaria para que todo el ecosistema en que se vive sea sostenible,
se tiene que lograr que América latina y el Caribe pueda erradicar el hambre solo
con los alimentos que se pierde y desperdicia ya que con estos alimentos que se
pierden solo a nivel de la venta al detalle se podría alimentar a más de 30
millones de personas, según Raúl Benítez (FAO).
Un ejemplo específico que
evidencia el desperdicio de la comida es la producción de patatas fritas en los
Países Bajos. La línea de producción de una compañía tiene varios pasos meticulosos
y detallistas para las materias primas, por ejemplo con el tamaño de las patatas al
cortarlas se necesitan las más pequeñas
para obtener corte más fino. Desperdiciándose en tiras las más grandes. Otro problema es el transporte y el envasado de Las patatas
fritas que son frágiles
y se rompen
con facilidad en estos dos procesos y por lo tanto se
desperdician. Los productos
no deseados se separan y acaban desperdiciándose. Además,
algunas patatas se
separan antes de
entrar en la fábrica debido
a los deterioros
ocasionados durante la carga, o en el
transporte desde el
productor hasta la
fábrica o el almacenamiento. (Somsen, tesis doctoral 2004).
ACUA ha puesto en marcha una
campaña en Argentina, bajo el lema Lucha contra los
supermercados que desperdician alimentos, en la que llama a los
consumidores a exigir a los establecimientos que donen los alimentos aptos para
el consumo que ya no pueden vender.
A esto se le añade la muestra de preocupación por la falta de transparencia que en muchos casos estas empresas muestran sobre cómo actúan con los productos que pudiendo ser donados y aprovechados, por falta de voluntad o de inversión, prefieren mandarlos directamente a las plantas trituradoras y de tratamiento de residuos.
Otras alternativas serian tratar
de cambiar las políticas empresariales de las materias primas o del producto en
sí para que se evite las consecuencias de la venta a detalle.
Crear una campaña Web como un supermercado
online de productos de comida y bebidas
que ofrezca productos con la fecha de caducidad próxima a
vencer para que no se desperdicie como alimento, o incluso ofrecer productos ya
pasados pero que aún están en buen estado.
O se podría reducir el despilfarro alimentario
en el sector primario recuperando la figura
del espigador, como recolector
manual eficaz, que antes recorría los
campos de cultivo una vez que la
cosecha había terminado, y funcionaría como reemplazo del
proceso mecanizado que deja pequeñas partes de la cosecha sin recoger en el
campo. Aparte este recolector eficaz no
se fijaría en detalles exigentes como las
frutas o tubérculos macados o
con golpes, o
las que no
tienen los calibres
deseados para la
comercialización, para evitar el despilfarro alimenticio.