domingo, 19 de junio de 2016

Informe sobre el despilfarro de comida



El despilfarro de comida como venta a detalle


 La venta al detalle se ha convertido en uno de los principales problemas cuando se trata del derroche de alimentos provocado por los sistemas corporativos alimenticios, ya que la mayor parte del desperdicio durante la fabricación parece ser inevitable. Según la Organización de la Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en el informe sobre Pérdidas y desperdicios de alimentos en América Latina y el Caribe, señala que en Perú se desperdician cerca de tres millones de calorías en alimentos durante la venta al detalle en supermercados, ferias libres, almacenes y demás puestos de venta retail y  esta cantidad bastaría para satisfacer las necesidades alimenticias de cerca de dos millones de personas de escasos recursos.

La mayor parte de estos productos son catalogados como objeto de desperdicio no comestibles o se derivan de cuestiones técnicas que dan lugar a una sobreproducción o a más productos defectuosos o deteriorados. 

Los lugares donde se desperdicia mucha comida son los mercados mayoristas y las centrales de compra, donde los alimentos tienen que pasar una especie de examen de belleza respondiendo a los criterios establecidos o a políticas de la empresa para poder ser exhibidos y vendidos, principalmente, por los supermercados. En la gran distribución supermercados o hipermercados, se requiere de un alto número de productos para tener los estantes siempre llenos, aunque luego caduquen y se tengan que tirar produciéndose despilfarro nuevamente. También  se producen errores en la confección de pedidos, hay problemas de envasado y deterioro de los alimentos frescos que trae como consecuencia  su apartamiento para su destrucción. 

Aparte también se enfrentan a retos logísticos, incluida la gestión de las existencias: la anticipación de la demanda y el correcto almacenamiento, el cumplimiento de las expectativas de calidad del producto y la coordinación entre sectores.

Raúl Benítez, Representante Regional de la FAO para América Latina y el Caribe señala que “Aunque es importante señalar que algunos países  disponen de calorías más que suficientes para alimentar a todos sus ciudadanos, la enorme cantidad de alimentos que se pierden o que acaban en el tacho de la basura es sencillamente inaceptable mientras el hambre continúe afectando a la población regional”.

Pues no solo un país se tiene que beneficiar o sentirse indiferente ante este tema sino que se tiene que ejecutar la ayuda necesaria para que todo el ecosistema en que se vive sea sostenible, se tiene que lograr que América latina y el Caribe pueda erradicar el hambre solo con los alimentos que se pierde y desperdicia ya que con estos alimentos que se pierden solo a nivel de la venta al detalle se podría alimentar a más de 30 millones de personas, según Raúl Benítez (FAO).

Un ejemplo específico que evidencia el desperdicio de la comida es la producción de patatas fritas en los Países Bajos. La línea de producción de una compañía tiene varios pasos meticulosos y detallistas para las materias primas, por ejemplo  con el tamaño de las patatas al cortarlas  se necesitan las más pequeñas para obtener corte más fino. Desperdiciándose en  tiras las más grandes.  Otro problema es el  transporte y el  envasado de Las  patatas  fritas  que son  frágiles  y  se  rompen  con  facilidad  en estos dos procesos y por lo tanto se desperdician.  Los  productos  no  deseados  se  separan  y  acaban  desperdiciándose.  Además,  algunas  patatas  se  separan  antes  de  entrar  en  la  fábrica  debido  a  los  deterioros  ocasionados  durante  la  carga,  o en el  transporte  desde  el  productor  hasta  la  fábrica  o  el almacenamiento. (Somsen, tesis  doctoral 2004).

ACUA ha puesto en marcha una campaña en Argentina, bajo el lema Lucha contra los supermercados que desperdician alimentos, en la que llama a los consumidores a exigir a los establecimientos que donen los alimentos aptos para el consumo que ya no pueden vender.

A esto se le añade la muestra de preocupación por la falta de transparencia que en muchos casos estas empresas muestran sobre cómo actúan con los productos que pudiendo ser donados y aprovechados, por falta de voluntad o de inversión, prefieren mandarlos directamente a las plantas trituradoras y de tratamiento de residuos.

Otras alternativas serian tratar de cambiar las políticas empresariales de las materias primas o del producto en sí para que se evite las consecuencias de la venta a detalle. 

Crear una campaña Web como un supermercado online de productos de comida y bebidas  que  ofrezca  productos con la fecha de caducidad próxima a vencer para que no se desperdicie como alimento, o incluso ofrecer productos ya pasados pero que aún están en buen estado.

O se podría reducir  el  despilfarro  alimentario  en  el  sector primario recuperando  la  figura  del  espigador, como recolector manual eficaz, que  antes recorría los campos de cultivo  una  vez  que  la  cosecha  había  terminado, y funcionaría como reemplazo del proceso mecanizado que deja pequeñas partes de la cosecha sin recoger en el campo.  Aparte este recolector eficaz no se fijaría en detalles exigentes como las frutas o tubérculos  macados  o  con  golpes,  o  las  que  no  tienen  los  calibres  deseados  para  la  comercialización, para evitar el despilfarro alimenticio.




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